La rutina de Jaime De Jesús Gualdrón Monterroza cambió en la noche del pasado jueves, al parecer, por una llamada que recibió, donde lo citaban en Puerto Colombia.

El hombre de 27 años salió de su trabajo como repartidor a las 6:30 de la tarde, cuando generalmente salía a las 8 de la noche. Llegó a su vivienda en Adelita de Char, se cambió de ropa y salió con rumbo al municipio costero del área metropolitana de Barranquilla.

Según la investigación, los familiares indicaron que quien lo llamó debía ser un conocido o un amigo, porque Gualdrón estaba muy emocionado de encontrarse con esas personas.

A las 8:20 de la noche fue hallado muerto en una trocha que comunica a los barrios Jobal y Solimar, del corregimiento de Salgar. Tenía tres disparos en varias partes de su cuerpo.

Dentro de las hipótesis que manejan las autoridades, está que al joven lo subieron a un vehículo, no se sabe si a la fuerza o por voluntad propia, y lo llevaron hasta una zona enmontada de la vía a Pradomar. Ahí lo hicieron descender y le dispararon tres veces.

Los agentes descartan que haya sido asesinado en otro lado y luego abandonado en el lugar, debido a que encontraron una gran cantidad de sangre debajo y alrededor del cuerpo. Aunque el cadáver presentaba varios hematomas y golpes, por lo que el joven pudo haber sido golpeado mientras era transportado.

Algo que ha complicado las pesquisas es que el cadáver quedó en un sector solitario, que tiene unas viviendas de invasión como unos 500 metros, por lo que los investigadores no han encontrado testigos presenciales. El cuerpo fue hallado por un mototaxista.

La investigación se dirigirá ahora a conseguir los posibles números que se comunicaron con Gualdrón Monterroza en las horas antes de su muerte, para establecer una línea que les pueda llevar hacia él o los posibles homicidas.